
Querida Divina Misericordia, en este momento de angustia y desasosiego, me acerco a Ti con el corazón abierto y lleno de esperanza. Reconozco que en mis momentos más oscuros, Tu luz es la que me guía y me da consuelo. Te pido que me envuelvas en Tu amor infinito y me brindes refugio en medio de mis tormentas. Que Tu compasión me abrace y me ayude a encontrar la paz que tanto anhelo. Confío en que, a través de Tu misericordia, podré superar esta prueba y encontrar la serenidad que necesito para seguir adelante.
Querido Jesús, en Ti encuentro la fortaleza que me falta. En mis momentos de desesperación, me aferro a Tu promesa de amor y protección. Te ruego que me ayudes a soltar mis miedos y preocupaciones, y que me enseñes a confiar en Tu plan divino. Permíteme sentir Tu presencia en cada paso que doy, y que Tu misericordia me rodee como un manto cálido en las noches frías de mi alma. Que cada lágrima que derramo sea transformada en esperanza y cada suspiro en una oración de gratitud por Tu infinita bondad.
Querida Madre de la Misericordia, intercede por mí en este tiempo de angustia. Tu amor maternal es un refugio seguro donde encuentro consuelo y paz. Te pido que me guíes hacia Tu Hijo, para que pueda experimentar la plenitud de Su misericordia. Ayúdame a recordar que, aunque las pruebas sean difíciles, nunca estoy solo, pues Tú siempre estás a mi lado. Que Tu ejemplo de fe y confianza me inspire a seguir adelante, sabiendo que en cada dificultad hay una oportunidad para crecer y acercarme más a Dios.
Querido Espíritu Santo, ven a mi ayuda en este momento de tribulación. Infúndeme con Tu sabiduría y claridad para que pueda ver más allá de mis problemas. Te pido que me des la fortaleza para enfrentar mis miedos y la serenidad para aceptar lo que no puedo cambiar. Que Tu luz ilumine mi camino y me muestre las oportunidades que surgen incluso en medio de la adversidad. Confío en que, con Tu guía, podré encontrar el refugio que busco y la paz que tanto deseo en mi corazón.
Querida Divina Misericordia, en este acto de fe, me entrego a Ti por completo. Sé que en Tu amor encuentro la respuesta a mis angustias y la esperanza que necesito para seguir adelante. Te agradezco por cada bendición que me has otorgado y por cada momento de consuelo que me has brindado. Que mi vida sea un reflejo de Tu misericordia, y que, a través de mis acciones, pueda ser un instrumento de paz para los demás. Confío en que, con Tu ayuda, superaré esta etapa y emergeré más fuerte y lleno de fe.