Skip to content

Liberación de adicciones

1 octubre, 2024

Querida Divina Misericordia, en este momento de profunda necesidad, me acerco a Ti con un corazón lleno de esperanza y fe. Reconozco que las adicciones han tomado el control de mi vida y han oscurecido mi camino. Te pido que me envuelvas en Tu amor infinito y me brindes la fortaleza necesaria para liberarme de estas cadenas que me atan. Que Tu luz brille en mi interior y me guíe hacia la sanación. Confío en que, con Tu ayuda, podré encontrar el camino hacia la libertad y la paz que tanto anhelo.

Querido Jesús, en Tu infinita compasión, te imploro que me ayudes a enfrentar mis luchas diarias. Las adicciones no solo afectan mi vida, sino también a aquellos que amo. Te ruego que me des la sabiduría para reconocer los momentos de debilidad y la valentía para resistir las tentaciones. Que cada día sea una nueva oportunidad para acercarme a Ti y dejar atrás lo que me aleja de Tu amor. Con cada paso que doy, deseo que Tu misericordia me acompañe y me fortalezca en este camino hacia la liberación.

Querida Madre de la Misericordia, te pido que intercedas por mí en este proceso de sanación. Sé que Tu amor maternal es un refugio seguro en tiempos de dificultad. Ayúdame a encontrar la paz en medio de la tormenta y a confiar en que, con Tu apoyo, puedo superar mis adicciones. Que Tu abrazo me brinde consuelo y me recuerde que no estoy solo en esta lucha. Te ofrezco mis esfuerzos y mis fracasos, sabiendo que en Tu corazón hay un lugar para mí, donde puedo renacer y encontrar la fuerza para seguir adelante.

Querido Espíritu Santo, ven a mí y llena mi ser con Tu luz y Tu poder. Te pido que me guíes en cada decisión que tome y que me ayudes a discernir lo que es bueno para mi vida. Que Tu presencia me inspire a buscar alternativas saludables y a rodearme de personas que me apoyen en mi camino hacia la libertad. Con cada día que pasa, deseo que mi corazón se llene más de Tu amor y que mis adicciones se conviertan en un recuerdo lejano, un testimonio de Tu misericordia en mi vida.

Querida Divina Misericordia, agradezco de antemano por la transformación que estás realizando en mí. Sé que el camino hacia la liberación no es fácil, pero confío en que, con Tu ayuda, puedo lograrlo. Te pido que me des la paciencia y la perseverancia necesarias para enfrentar cada desafío. Que mi vida sea un reflejo de Tu amor y que, al liberarme de mis adicciones, pueda ser un instrumento de Tu paz en el mundo. Con fe y gratitud, me entrego a Tu voluntad, sabiendo que en Ti encuentro la verdadera libertad.