
Gratitud constante
Virgen María, gracias por desatar los nudos de mi vida y guiarme siempre hacia tu Hijo. Amén.
La gratitud transforma el corazón y abre las puertas a nuevas bendiciones. Reflexiona cómo vivir con un espíritu agradecido.
Oh Virgen María, Madre de Dios y Desatadora de Nudos, en este último día de la novena, quiero expresar mi más profunda gratitud por tu amor y tu intercesión en mi vida. Cada día has estado a mi lado, ayudándome a desatar los nudos que me impedían avanzar y acercarme a tu Hijo Jesús. Gracias por ser un consuelo en mis penas, una guía en mis incertidumbres y una fuente de esperanza en mis días difíciles. Hoy prometo vivir con un corazón agradecido, reconociendo las bendiciones que Dios ha derramado sobre mí a través de tu intercesión. Que mi vida sea un testimonio de tu amor y de la gracia infinita de Dios. Amén.
Virgen Desatadora de Nudos, gracias por acompañarme en esta novena. Que mi corazón permanezca lleno de fe y gratitud. Amén.