Consuelo en dolor
San Judas Tadeo, protector de los afligidos, acompáñame en mis momentos de sufrimiento y dame esperanza. Amén.
El consuelo de Dios es una promesa eterna. Reflexiona sobre cómo buscar Su paz en medio del sufrimiento.
Oh San Judas Tadeo, amigo de los afligidos y protector de los que sufren, hoy elevo mi corazón a ti buscando consuelo y esperanza. En los momentos en que las lágrimas nublan mi vista y el dolor parece interminable, recuérdame que nunca estoy solo. Enséñame a encontrar refugio en el amor de Dios, quien siempre escucha mis clamores y conoce mis penas más profundas. Tú que trajiste esperanza a quienes se sentían perdidos, intercede por mí para que mi dolor se transforme en fortaleza y mi tristeza en alegría. Ayúdame a confiar en el plan divino, sabiendo que incluso en el sufrimiento, Dios obra para mi bien. Gracias, San Judas, por ser una fuente de consuelo y por caminar a mi lado en los momentos más difíciles. Amén.
San Judas Tadeo, gracias por darme tu consuelo. Que mi corazón encuentre siempre refugio en el amor de Dios. Amén.