
Querida Virgen del Perpetuo Socorro, en este momento de reflexión y gratitud, me acerco a ti con un corazón lleno de agradecimiento. Reconozco las innumerables bendiciones que has derramado sobre mi vida y la de mis seres queridos. Cada día es un regalo, y en cada pequeño detalle, siento tu amor y protección. Te agradezco por las oportunidades que me has brindado, por las lecciones aprendidas y por la fortaleza que me has dado en los momentos difíciles. Tu presencia en mi vida es un faro de esperanza, y por ello, te ofrezco mi más sincero agradecimiento.
Querida Madre, en cada paso que doy, siento tu guía y apoyo. Las bendiciones que he recibido son un reflejo de tu amor incondicional. Te agradezco por la salud que disfruto, por la paz en mi hogar y por las amistades que me rodean. Cada sonrisa, cada abrazo y cada momento compartido son regalos que valoro profundamente. En los días de incertidumbre, tu imagen me recuerda que nunca estoy solo. Gracias por ser mi refugio y mi consuelo, por escuchar mis súplicas y por interceder ante tu Hijo por mí. Tu amor me inspira a ser mejor cada día.
Querida Virgen del Perpetuo Socorro, en este acto de gratitud, quiero reconocer también las pruebas que he enfrentado. A través de ellas, he aprendido a valorar aún más las bendiciones que me rodean. Gracias por darme la fuerza para superar los obstáculos y por iluminar mi camino en la oscuridad. Cada desafío ha sido una oportunidad para crecer y acercarme a ti. Te agradezco por tu constante presencia en mi vida, por ser mi guía y mi apoyo en cada momento. Tu amor me ha enseñado a ser resiliente y a confiar en que siempre hay un propósito en cada experiencia.
Querida Madre, en este día quiero ofrecerte mis oraciones de agradecimiento por las bendiciones que he recibido en mi vida familiar. Gracias por la unidad y el amor que reina en nuestro hogar. Te pido que sigas protegiendo a mis seres queridos y que nos ayudes a mantenernos unidos en los momentos de dificultad. Que tu luz brille siempre sobre nosotros y que podamos ser un reflejo de tu amor en el mundo. Te agradezco por cada risa compartida, por cada momento de alegría y por el apoyo incondicional que siempre encontramos en nuestra familia.
Querida Virgen del Perpetuo Socorro, al finalizar esta oración, quiero reafirmar mi compromiso de vivir con gratitud y amor. Que cada día sea una oportunidad para reconocer las bendiciones que me rodean y para compartir ese amor con los demás. Te pido que me ayudes a ser un instrumento de paz y esperanza en la vida de quienes me rodean. Gracias por escuchar mis súplicas y por ser mi intercesora ante Dios. Que tu amor y tu luz sigan guiando mi camino, y que siempre pueda recordar la importancia de agradecer por cada bendición recibida. Amén.